Capítulo
35:
{Narra
Lena}
-¡¿Que
has hecho el qué?!
-¡Que
no chilles coño! Te he dicho mil veces que me duele la cabeza
-susurré.
-Pero
bueno, ¿tu estás loca? -a pesar de mis quejas, Ellen seguía
gritándome.
-Lena,
¿tú no le odiabas? -me preguntó más tranquila Jess, después de
suspirar.
-¡Eso
digo yo, coño! -siguió gritando Ellen.
Jess
le pegó un codazo.
Yo me
encogí de hombros ante la pregunta.
-¿Eres
bipolar o algo? -preguntó Ellen ya más relajada, como quejándose.
Resoplé.
-Te
estoy diciendo que no sé qué me pasa...
-Vale,
¿sabías lo que estabas haciendo o estabas tan borracha que sólo te
apetecía?
Volví
a encogerme de hombros.
Ellen
se llevó la mano a la frente.
-¿Y
te acuerdas de algo?
-Más o menos... Imágenes aleatorias... Pero todas borrosas...
-Más o menos... Imágenes aleatorias... Pero todas borrosas...
-Quiero
detalles. ¿Qué tal? ¿Es bueno? -los ojos de Ellen parecían
salirse de sus órbitas, infectados de curiosidad.
-¡No
voy a decirte eso!
-¿Por
qué no?
-No te
interesa.
Jess
suspiró.
-¿Y
Byron que dice? -ahí estaba para ayudarme.
-No
sé.. no hemos hablado de ello..
-Pues
deberíais. Esto es serio.
-¡Qué
serio ni que hostias! ¡Si estaba borracha rasa!
-Lo
es, Ellen. Que tú estés acostumbrada no significa que sea normal. Y
mucho menos algo positivo.
-Bueno,
te relajas.
-¿Y
qué le digo? Ni siquiera yo sé qué pensar de esto...
-¿Byron
estaba borracho?
Negué
con la cabeza.
O eso
recordaba.
-Buena
señal. Eso es que quiere algo. ¿Te dijo algo antes de...?
-No lo
sé, Ellen -dije interrumpiéndola y frotándome la frente-. Esta
mañana he hecho como si no me acordara de nada..
-Lena,
¿tu te arrepientes de lo que has hecho? -preguntó Jess, seria y
mirándome a los ojos.
Buena
pregunta.
Suspiré
y me encogí de hombros nuevamente.
Las
dos me miraron con la boca entreabierta.
-Te
declaro oficialmente bipolar -dijo al fin Ellen.
-¿Pero
estás segura?
-¡Que
no! ¡No estoy segura de nada! Sólo sé que ayer salimos, bebí
mucho, me lo tiré y punto. No sé ni lo qué siento ni lo qué
siente.
Jess
torció el labio pensativa.
-Yo
hablaría con él.
-Y yo.
-Bueno,
pues habláis con él de mi parte por que yo no sé qué carajo
decirle.
Enseguida
una sonrisa surcó el rostro de Jess.
-A ti
te gusta Byron, ¿verdad?,
Cuando
estaba a punto de responder a la pregunta, la puerta principal se
abrió y un serio Byron apareció por ella.
-Ya
estoy en casa.
-Hola
-dijimos las tres, Ellen y Jess con una gran sonrisa en la cara.
Mirándome
y soltando un suspiro, se fue directo a la cocina.
-¿Qué
quieres para comer? -preguntó desde ahí.
-Me da
igual. Elige tú.
-Yo
iría a por él -susurró Ellen-. Es guapo y parece un buen chico.
Carraspeé.
-Pobrecillo.
Me da pena. Anda, ve a hablar con él.
Carraspeé
de nuevo e intenté cambiar de tema lo antes posible.
-Eh,
¿y Jane?
Ellen
suspiró.
-Te lo
he dicho cinco veces. Está en Cheshire.
-¿Cheshire?
-fruncí el ceño-. ¿Qué hace ahí?
Jess
soltó una risita, con la mano sobre los labios y mirando hacia su
regazo.
-Ay,
Lena... ¿Quién vive en Cheshire?
-Hmm..
¿Harry?
-¡Muy
bien! -y aplaudió como si yo fuera una niña pequeña y rodeó los
ojos.
-¿Y
cuándo vuelve?
Se
encogió de hombros.
-Supongo
que mañana.
-¡Ay
qué monos! -exclamó Jess.
-¿Pasa
ahí la noche? -pregunté y sonriendo por primera vez en el día-. Uy
uy uy.
-Ya
iba a siendo hora...
-¿Creéis
que Harry querrá?
Ellen
resopló.
-Pues
claro que sí. Dime, ¿qué chico de hoy en día no quiere?
-Tal
vez Jane no...
-No
sabrá decírselo.
-Bueno,
¿y si no nos metemos? Jane ya verá lo que hace que para algo es su
vida y punto. Además, Harry sabrá lo que hacer.
-¿Nos
apostamos algo? -Ellen me tendía la mano.
-No.
Que hagan lo que quieran.
Las
tres dimos un brinco en nuestro asiento cuando escuchamos mi móvil
vibrar desde la mesilla. Agarré el brazo y observé la pantalla. Se
me heló la sangre.
Liam.
~
{Narra
Yina}
Saddie
y Fer estában pálidas y calladas y la emoción rebosaba en sus
brillantes ojos.
Leo
estalló una carcajada al verlas y muy tranquila y amable se acercó
a ella.
-Soy
Leo -sonrió y estrecharon sus manos-. Encantada. Y estas dos
patéticas son Saddie y Fer que simplemente están flipando tanto que
por una vez en la vida se callan. Así que te doy la enhorabuena por
ello.
Mi
madre soltó una pequeña risita y besó a las dos en las mejillas,
así como a Brooke, que la recibió con una amplia sonrisa.
El
silencio volvió de nuevo y Leo suspiró rodeando los ojos. Se acercó
a Saddie y le arrebató el gran bolso que la rubia tenía colgado del
hombro y lo colocó en la mesa en la que nos acabábamos de sentar.
Las
mejillas de ambas empezaron a sonrojarse.
-Son
todas tus novelas publicadas -aclaró Brooke, viendo los ojos
plagados de dudas de mi madre-. Quieren que los firmes.
-Por
favor -consiguió articular Fer y sonrió.
-Oh
-rió y mi madre sonrió a las dos dulcemente-, con mucho gusto.
Sacó
un boli del bolsillo y comenzó a sacar un libro de la bolsa.
-Aww,
qué recuerdos. Mira Yina. Este lo escribí cuando estaba embarazada
de ti.
-Am
-aparté a la mirada.
La
verdad es que no me interesaba ni un poco.
-¿Y
sobre qué va? -pregunté a pesar, fingiendo interés.
-Sobre
una chica que se suicida -dijo relajada, mientras firmaba el libro.
-Ah,
bueno -murmuré.
“Ya
veo cuánto me quería” pensé. Y suspiré ante aquel pensamiento.
No la
había perdonado. Tampoco pensaba hacerlo por lo menos en un tiempo.
Necesiaba pensar las cosas.
No me
había dicho por qué papá estaba en la cárcel porque decía que
era demasiado complicado para explicarlo. Y por eso no la creí. Ni
una sola palabra de lo que me había dicho. Pero sabía que esto era
el sueño de ellas, de unas de las mejores amigas que había tenido.
Y que
nunca tuve.
A
parte de Harry, nunca había tenido una amiga tan de confianza. No
podía contarle a nadie mis preocupaciones. Y a Harry muchísimo
menos, ya qué él era la mayor parte.
Así
que, básicamente, ellas para mi eran como un regalo. Por eso lo
había hecho. Ellas nisiquiera me lo habían pedido y a mí, por
mucho que me costara, me gustaba hacerles este favor.
El
tiempo fue pasando y acorde, las cotorras se fueron soltando y hasta
hablaron más de lo habitual. Mi madre estaba a gusto con ellas y se
mostraba atenta y receptiva.
Yo,
más bien, distante, no me enteraba de la conversación que tampoco
me interesaba. Aunque, cuando ellas reían, así lo hacía yo, para
pasar desapercibida.
En un
momento de la conversación, estaba tan sumergida en mi mar de
pensamientos que Brooke tuvo que avisarme que me estaban llamando.
-Ops
-dije torpemente y saqué el móvil del bolsillo.
Número
desconocido.
Fruncí
el ceño y descolgué.
-¿Sí?
-¿Sabes
quién soy? -dijo una voz masculina que no reconocí.
-Hmm...
no.
-¿No
sabes quién soy?
-Nop.
Rió.
-¿Qué
pasa?
-Seguro
que tus amigas te matan.
-¿Matarme
por qué?
-Por
no saber quién soy.
-No lo
pillo... Dime quién eres.
-Hmm..
vale. Mi nombre empieza por N.
-O me
dices quién eres o cuelgo el teléfono.
-Soy
Nathan.
-¿Nathan?
Oh, ya sé. Sep, probáblemente me maten.
Volvió
a reír.
-Bueno,
cómo has conseguido mi número?
-El
director se marchó un segundo a comer y pude conseguirlo.
-Aaah..
¿y por qué me llamas?
-Bueno..hmm..
había pensado que quizás podía invitarte al cine. Algún día de
estos... O hoy mismo.. Como tu prefieras.
Puse
la mirada en blanco. Brooke, que me observaba desde hace rato, me
miró con dudas. Yo sonreí y me encogí de hombros.
-Erm..
pues... hum.. Sí, por qué no.
-Perfecto.
¿Esta noche?
-Habitación
309 bloque 3 -sonreí.
-A las
10 estoy ahí.
Sonreí.
~
-¿Qué
día es hoy? -preguntó con el móvil en la mano, caminando de vuelta
a casa.
-28 de
agosto, ¿pues?
-Para
apuntarlo como “mejor día de mi vida”
Solté
una risa tonta, sin borrar la sonrisa de la cara.
-Eh,
sonrisas -Leo se puso a mi lado y me agarró del brazo, también
sonriendo-. ¿Cómo es que estás tan feliz? Si esta mañana estabas
de morros.
Yo
también me lo preguntaba. ¿Por qué lo estaba? Apenas había
hablado con él. Pero, ¿era feliz lo que estaba? No lo creo, Sólo
emocionada.
Ahí
llegaba mi dilema. ¿Se lo contaba? Sabía que ni a Brooke ni a Leo
les hacía gracia Nathan, pero luego estaban Saddie y Fer, por no
hablar de Adam, que bueno, básicamente, fantaseaban con él.
Ya que
la penetrante mirada de Leo seguía encima mía, decidí que lo
pensaría más tarde.
-Emm...
no lo sé, la verdad -me limité a mentir.
-Joder...
yo quería oír algo interesante... Veo que lo de tu madre te ha
sentado bien.
-Pues
la verdad es que no. Estoy exactamente como antes. No la he perdonado
ni pienso hacerlo. Por lo menos estas semanas.
-¿No?
Vaya, a ella se le veía muy bien, pues.
-Qué
va. Ella siempre es así cuando está con fans. Y sabe actuar muy
bien por lo visto -eso último, lo murmuré.
Leo se
encogió de hombros mientras enseñaba el carnet de estudiante al
guarda de seguridad como hice yo y entramos al recinto.
Sin
decir palabra apenas e intentando guardar silencio teniendo en cuenta
que la gente probablemente estaría durmiendo o estudiando,
apresuramos el camino y entramos en el edificio que nos correspondía.
Las
chicas se fueron a sus habitaciones y Brooke y yo a la nuestra.
Brooke
cerró la puerta de un portazo.
-Va.
Suéltalo -espetó mientras me quitaba los zapatos.
-¿Qué?
-pregunté distraída.
-¿Quién
te ha llamado? Y no me digas que Harry por que ahí son las putas 6
de la mañana.
No
estaba enfadada como parecía. Si no preocupada.
“Decidido”
Agarrñe
unos vaqueros, una camiseta gris con mangas de murciélago y mis
converse grises también y me dirigí a Brooke.
-Te lo
cuento todo cuando vuelva que no tengo tiempo. Espérame, por favor.
No
había un alma en las duchas, por lo que tenía sitio de sobra para
mis cosas.
Volví
a la habitación después de la ducha más corta que había tenido
nunca. Cuando habría terminado de alisarme el pelo iba a
explicarselo todo a Brooke, pero alguien, que ya me esperaba su
llegada, llamó a la puerta con un sordo y leve golpe en la puerta.
Pero
antes que dijera nada, Brooke se adelantó. Dejé las planchas en el
neceser y salí del baño.
-¡Yo
abro! -dijo con entusiasmo.
Abrió
la puerta y Nathan con una camisa blanca y pantalones pitillo negros
se apoyaba en el cincel de la puerta.
-¿Nathan?
-preguntó desconcentrada.
El
chico me dirigió una mirada y así lo hizo Brooke, solo que ella me
miraba de otra forma, m´ñas seria.
-¿Yina?
Miró
a los dos de uno en uno, después, se volvió hacia Nathan y, por mi
sorpresa enorme, le pegó en la mejilla con fuerza y exclamó:
-¡Me
lo habías prometido!
O.O PERO QUE MALAAAAAAAAAAAAA! oye oye eso no vale, dejarlo ahí como quién no quiere la cosa... ¿Por qué pega a Nathan? QUIERO SABERLO VALE? Pues vale. Yo quierooooo que salgan Jane y Harry! SON MUY MOONOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOS! Sabes que me dijiste tú? Que repartiese talento. Pues ¿Sabes que? Que no puedo repartir talento a gente a le que le sobra, eso no sería justo, y, cielo, tú tienes talento para repartirle a un millón de ejércitos. Sí, escribes de puta madre. ¿Sabes lo que te digo? Que ojalá todas las novelas fueran como la tuya. Tu novela es mi favorita, es esa en la que me meto todos los días para ver si has subido un capítulo y te has olvidado de avisarme, pero no, nunca te olvidas. Bueno y yo, debería de estar estudiando Física y Química que mañana tengo un examen importantísimo de dos temas y todavía no me he puesto a estudiar. Muchísimos besos, quiero el siguiente capítulo YA. Y QUE DIGAS ESCRIBIENDO ASÍ!Te quieroooo! Eres un amor y te pienso dejar comentario en todos los capítulos que pueda :))L
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