Capítulo
36:
{Narra
Jane}
-¡Empieza
el Factor X!
-Jane,
ya se han terminado las audiciones, ya no me vas a oír más.
-¡Sí!
Porque en el Bootcam también sales. Y los demás también.
-Quedan
5 minutos, ¿qué quieres para cenar? -me preguntó, apartando el
mechón de delante de los ojos.
-No
sé, es tu casa, tú eliges.
-No,
tu eres la invitada, tú eliges.
-Hmm..
¿pizza?
-¡Toma!
Sonreí
mientras se levantaba del sofá y calentaba el horno, mientras yo
seguía tragándome los anuncios de la tele.
-Además,
quiero ver este programa, es el último de Bootcam.
Mientras
jugueteaba con uno de los hilos sueltos de mis vaqueros, Anne bajaba
las escaleras con Gemma a sus espaldas.
-Bueno,
nosotros nos vamos. Volveremos tarde, así que no nos esperéis.
Harry
frunció el ceño extrañado.
-¿A
dónde vais? -preguntó y su madre le besó la frente.
-No
tiene importancia. Vosotros pasároslo bien, ¿de acuerdo?
Gemma
le guiñó un ojo y revoloteó su pelo.
-Y
no hagáis mucho ruido, eh.
Harry
rodeó los ojos con una sonrisa y Gemma me dirigió una mirada
cómplice, sonriendo también.
-Venga,
hasta mañana -y cerraron la puerta detrás sulla.
Antes
de que pudiéramos decir nada, la música de intro del programa
sonaba en el televisor.
Harry
se sentó a mi lado y apoyé mi cabeza en su pecho.
Respiré
hondo. No quería recordarmelo ni mucho menos, pero tendría que
contárselo cuando antes mejor.
~
-Creo
que Nicole es un genio. No sé cómo se le habrá ocurrido pero ha
echo bien en juntaros.
Sonrió
ante mi afirmación.
Suspiré
y le abracé con más fuerza.
-¿Cuándo
entráis en la casa?
-El
4
-¿De
octubre?
Asintió.
Suspiré
de nuevo.
-No
podré verte hasta entonces. La semana que viene empieza de nuevo el
instituto y trendré que concentrarme si no quiero que mi madre me
obligue a dejar de verte. No podría soportarlo.
-Yo
tampoco.
Di
un pequeño brinco cuando noté el móvil vibrar en el bolsillo. Lo
saqué y observé la pantalla. Un nuevo mensaje de Lena:
“Eii
pillina! ;) ¿Qué tal todo por ahí? Ya me han dicho estas que bien.
Ah, y gracias por contármelo de todos modos, eeeh... me he tenido
que enterar por estas dos putas. Ya nos contarás! ¡Y usar
protección! Que no me entere yo de lo contrario, que le corto la
herramienta ;) Pasároslo bien!
Pd.
Dale besos a Harry de mi parte! -Lx”
Sonreí.
Mente
sucia.
-¿Tienes
un móvil nuevo? -sonrió y me lo arrebató de las manos.
-¡Eh!
-No
lo sabía -se levantó del sofá para impedir que lo cogiese y empezó
a enredar en él -Ohh.. ¿patrón?
-Hm..
Harry, devuélvemelo -puso una mano en mi vientre para impedir que me
acercara más a él.
-Aww,
una H. Qué mona. -arrugó la nariz cuando le apareció el mensaje
recién recibido de Lena-. Andaa, que mal pensada es la gente.
Aparté
la mirada mientras notaba las mejillas ardiendo. Intenté no soltar
una carcajada.
-Ermm..
¡Harry! ¡Devuélvemelo!
-Tranquila,
no voy a leer los mensajes. Galería. Anda, ¿quién es este chico
tan guapo que tienes de fondo con esos rizos? Hmm -me sonrió pícaro.
Ahora
sí, solté una carcajada, me acerqué a él por detrás y me subí a
su espalda y él, con otra risa, metió mi móvil al bolsillo y me
agarró las piernas.
-Buscas
guerra eh.
Me
dejó caer al sofá, pero sabía que yo no era tan fácil, así que
se sentó a mi lado.
-No
soy yo la que la busca, eres tú el que la llama -me lancé a su
bolsillo.
Al
final ambos nos olvidamos del teléfono por completo, sólo nos
dedicábamos a hacernos cosquillas mutuamente, que más tarde se
convirtieron en caricias. Sin tener idea cómo, me encontraba apoyada
em el respaldo del sofá con Harry a mi lado. Las respiraciones
comenzaban a agitarse y los movimientos eran cada vez más bruscos.
Sólo abría los ojos cuando mis manos buscaban algo y los cerraba de
nuevo cuando éstas habían llegado. Le mordía el labio con suavidad
mientras su mano se aferraba con cada vez más fuerza en mi cintura.
-Harry
-susurré.
Tenía
que contárselo. No podía hacer nada sin que él lo supiera.
Era
incapaz.
-Harry
-dije ya con voz más segura.
Él
levantó la mirada mi me miró a los ojos. Carraspeó.
-Dime.
-Es...
es sólo que..
-¿Quieres
que pare? -me interrumpió-. Si quieres yo lo entiendo sólo...
-No
no no no -le interrumpí yo, hundiendo los dedos en sus rizos-. No es
nada de eso, es sólo que... tengo que contarte una cosa antes de
nada -dije insegura y con la voz temblorosa, sin perder el contacto
con sus profundos ojos verdes.
-Oh..
claro. Dime.
Cerré
los ojos y respiré hondo.
Podía
perderlo todo en menos de un segundo.
-¿T-te
acuerdas de Ethan, el chico del skate?
Frunció
el ceño y asintió.
-Creo
que sí.
-Bueno,
pues -me froté los ojos-... un día antes de ir al aeropuerto para
ir a verte, estuvo en mi casa unos minutos. Y-y me dijo que
necesitaba hablar conmigo urgentemente, y l-lo que me contó fue
que... que estaba enamorado de mí. Y después me besó -en ese
momento fue cuando las lágrimas empezaban a caer con rapidez y las
palabras fluían casi sin pausas, a trompicones.
Ya
no había vuelta atrás.
-Y
yo te juro que no le seguí el juego, pe aparté, le grité e incluso
le pegué porque estaba enfadadísima y porque yo estoy enamorada de
ti, Harry!
-Ehh,
shh -atrapó una de las lágrimas que resbalaban por mi mejilla y me
abrazó con fuerza.
Me
miraba a los ojos, y algo me sorprendió mucho: no parecía enfadado,
ni decepcionado. Sonreía. Me sonreía con esa preciosa sonrisa suya.
-Tranquila,
no.. no es nada. Tú no has echo nada. Mas que ser jodidamente
adorable. Es más, me parece normal todo esto. Yo también estoy
enamorado de ti, Jane.
Por
un solo segundo sonreí. Pero después me acordé de lo que sucedía.
De lo mal que había echo las cosas.
-Ya,
pero debería de habertelo dicho antes, haberte llamado y...
-Me
lo has dicho ahora, ¿no? Prefiero a que me lo cuentes pasadas dos
semanas que no me lo digas. Porque eso significa que puedo confiar en
ti.
Sonreí
aliviada ante su reacción.
Puede
que había echo muchas cosas mal, pero no podía estar más contenta.
Volví
a juntar mis labios con los suyos, enrollando mis brazos por su
cuello. Apoyé mi frente contra la suya.
-Te
quiero -susurré.
-Yo
también te quiero -me volvió a besar.
Las
caricias aparecieron de nuevo, ahora más abundantes y suaves, las
agitadas respiraciones era lo único que se escuchaba por encima de
los murmullos de la radio, a excepción de algún que otro gemido que
escapaba de los labios de ambos. Sus manos viajaban por todo mi
cuerpo y así hacían las mías. Los besos eran los únicos
protagonistas en nuestros labios, que se desplazaban por todo
nosotros.
Ya
era casi imposible hacernos parar.
Sus
manos rebuscaban por debajo de mi camisa mientras intercambiabamos
posiciones, no había ni un solo segundo en el que nos manteníamos
quietos.
Ninguno
de los dos era consciente del tiempo ni de la situación, simplemente
disfrutábamos en uno del otro como nunca habíamos hecho
anteriormente.
Y
estaba segura de esto. Jamás antes lo había estado tanto.
Justo
cuando pensaba quitarme la camiseta que ya estorbaba en el camino, la
puerta principal se abrió y risas provenientes de la calle entraron
en el interior de la casa.
-¿Mamá?
¿Qué hacéis aquí tan pronto?
-¿Pronto?
-respondió su hermana-. Son las 2 de la madrugada, no digas que no
os hemos dado tiempo.
Se
me escapó una pequeña risa y Harry me miraba divertido. Me mordí
el labio.
Carraspeó.
-Bueno...
nosotros ya nos íbamos a dormir, así que... -me agarró de la mano
y nos levantamos del sofá.
-Buenas
noches.
Le
sonreí a Gemma y ella me respondió levantando una ceja.
-Que
descanséis.
~
{Narra
Jess}
-Así
que, tienes un hermano de mi edad -afirmó el chico, dando un último
trago del batido que compartíamos.
Asentí.
-Bueno,
es un año mayor, pero bueno, sirve -solté una pequeña risa.
Sonrió.
-¿Te
he dicho ya que me encanta tu risa?
Sentí
cómo las mejillas se me sonrojaban mientras miraba tímida hacia el
suelo y negaba suavemente con la cabeza.
-Pues
me encanta tu risa -subió mi barbilla con su mano y me obligó a que
le mirara a sus preciosos ojos marrones-. Y tu sonrisa también.
No
pude evitar sonreír.
Aparté
la mirada cuando me quise dar cuenta que llevábamos demasiado tiempo
mirándonos a los ojos.
-¿Y
si vamos a dar una vuelta? -propuse- Hace un día precioso y no queda
mucho para que llegue el otoño.
-Como
tú quieras.
Ambos
nos levantamos del sofá y salimos fuera del local y nos dirigimos al
parque cerca del Támesis.
No
había tema de conversación que discutir, sólo con la compañía de
cada uno era suficiente para los dos, con el sol débil calentando
nuestros cuerpos. Cerré los ojos disfrutando del sol que me azotaba
la cara.
Realmente
me sentía a gusto a su lado. No como cualquier otro chico. Todos los
demás trataban de presionarme y siempre querían algo de mí, como
si yo fuera un objeto que pudieran usar. Él era diferente. Muy
diferente.
Y
por eso me gustaba.
Aunque,
a pesar de todo eso, mis sentimientos hacia él no eran del todo
claros.
¿Me
gustaba de verdad o era sólo un capricho? ¿O solamente era una
buena amistad? Hmm.. ¿y él que pensaba? ¿Estaría tan liado con
este tema o ya lo tenía más que claro?
Suspiré,
suavemente para que Zayn no lo notara, ante ese pensamiento.
Simplemente,
lo ignoraría. Solamente disfrutaría el casi único día en el que
podía pasarlo con él en una larga temporada. Ya me ocuparía de
ordenar mis sentimientos más tarde.
Y
así pasamos la tarde, dando vueltas de aquí para allá, entrando a
ese local, descansar en aquel otro y cuando salíamos empezábamos a
perseguirnos de nuevo, como si fuéramos dos críos. Las risas
abundaban principalmente y casi nunca había silencios y muchísimo
menos incómodos.
No
sabía por qué habíamos quedado. Zayn quería hablar conmigo, pero
sospechaba que eso sólo era una excusa para pasar una última tarde
tranquilos y solos.
Y
se lo agradecía. Mucho.
Necesitaba
esto. Pasar un buen rato y desconectar del mundo unas horas. Olvidar
todo lo demás y estar pendiente sólo de pasarlo bien y de nada más.
Sólo eso.
-¡Cuidado!
-grité, saltando de mis pensamientos y apartándome para que el
refresco no me mojara.
Zayn
soltó una risa.
-Tranquila,
lo he hecho a propósito. ¿No confías en mí, o qué? -dijo,
acercando de nuevo el vaso peligrosamente hacia mí.
Me
aparté más.
-Pues
no -aguanté la risa.
-¿No?
-volvió a acercar el vaso a mí, y esta vez derramó buena cantidad
de limonada sobre mi camiseta y pantalones.
Solté
un grito ahogado al sentir el líquido frío sobre mi piel.
-¡Zayn!
-Oops
-dejó escapar una risa.
-¡Vas
a morir!
Los
dos nos levantamos a la vez y yo comencé a perseguirle otra vez,
sabiendo que él era mucho más rápido que yo.
Volvimos
a atravesar las calles infestadas de gente, puentes, calles
secundarias, hasta bajamos añ metro y volvimos a subir, siempre
teniendo un ojo encima de él y me faltaba el aire a menudo. Pero me
recuperaba de prisa y le alcanzaba enseguida. Llegamos al punto en el
que Zayn se quedó sin aire esta vez y paró en medio de un parque
con poca gente.
Se
apoyó en sus rodillas e hizo ademán de volver a respirar con
normalidad. Yo me paré unos pasos detrás suya y me acerqué a él
con una sonrisa triunfante en la cara.
-Anda..
si el chico malo se ha cansado -me apoyé en su espalda.
Él
me sonrió y con un movimiento rápido consiguió que apareciese
encima de su espalda.
-¡Eh!
Que la que tenía que vengarse era yo -protesté, revoloteando
piernas y brazos para que me soltara.
Pero
él solo se reía y se posicionaba en tales posturas que me daba la
sensación de que me podía caer en cualquier momento.
-¡Suéltame!
-dije, agarrándome a un árbol.
-No
-parecía hacer fuerza para que me soltara del árbol y así poder
seguir haciendo sus maniobras.
Sonreí
pícaramente.
Solté
el tronco del árbol de golpe, haciendo que Zayn perdiera el
equilibrio y acabáramos los dos en el suelo.
-¡Auch!
-protesté.
-¿Por
qué te has soltado? ¡Me he hecho daño!
Solté
una risa en símbolo de burla.
Se
mordió el labio para no dejar escapar la risa y se lanzó a mi
vientre hundiendo sus dedos en él, provocando cosquillas.
-¡Zayn!
-chillé entre risas- ¡Para ya!
Y
él lo hizo. Paró al segundo, aún con esa preciosa sonrisa jugando
en sus labios.
Los
dos estábamos tumbados, uno al lado del otro. No me había dado
cuenta de nuestra postura hasta ahora, mirándonos a los ojos. Las
respiraciones que poco a poco se volvían a la normalidad era lo
único audible entre los dos. También me había dado cuenta de que
la hierba estaba mojada. Pero no parecía importarme; sus ojos
marrones estaban clavados en los míos. Me dio la sensación de que
podía haber un mundo detrás de ellos. Que podía sumergirme en
ellos y nadar en ese precioso mar marrón. Podría haber deseado que
ese momento no pasara nunca, que podía pasarme ahí la vida entera,
observando sus ojos y su mirada tranquila y serena. No me había dado
cuenta, pero ya podía sentir su respiración sobre mis labios de lo
cerca que estábamos. Podía sentir sus labios.
“All
my friends tell me, I shoulr move on” Sonaba
Dark Paradise de Lana Del Rey, indicando una llamada entrante.
“¿En
serio? ¿Justo ahora?” pensé.
Zayn
cerró los ojos suspirando.
No
le había contado a ninguna de las chicas que pasaría la tarde con
Zayn y los dos habíamos acordado que no se lo contaríamos.
Así
que tenía que coger el teléfono.
Saqué
el móvil que vibraba del bolsillo y presioné el botón verde, no
sin antes dirigirle una mirada de disculpa a Zayn. Él me sonrió.
-¿Hola?
-¡Jess!
-¡Jane!
¿Qué tal?
-Bien.
¿Dónde estas?
Mierda.
-Eehh....
estoy, erm, dando una vuelta por el casco viejo para desconectar un
rato, ¿por qué?
-Ah...
no.. es que acabo de volver de Cheshire y quería verte... y hablar.
Me
mordí la uña.
No
podía hacerle eso a Zayn. No podía. Pero si quería sonar
convincente y no levantar sospechas, no tenía otra opción que
preguntarle.
-¡Ya
has vuelto! ¡Qué bien! ¿Y qué tal..... todo?
-Nada,
Jess.
-¿Nada?
¿Nada de nada? -pregunté decepcionada, y algo preocupada.
Y
muy extrañada. Zayn me miraba de igual manera, ya que sabía que
iban a pasar la noche juntos.
-Nada
de nada.
-¿Y
eso?
-Bueno,
pues al principio iba todo muy bien y..
-Jane
-le interrumpí-. Esto de hablar de este tema por teléfono me parece
super violento. ¿No prefieres hablar luego en tu casa, calentitas y
tranquilas?
-Sí,
porfavor. Y te quedas a dormir. -parecía aliviada.
-Como
tú quieras. Luego me paso y me lo cuentas todo con pelos y señales.
Zayn
me miró raro al pronunciar ese dicho. Le pegué en el hombro.
-Jess.
Gracias, en serio.
-No
es nada cielo.
-Ah,
y Jess. No llames a las demás por favor.
-Hmm
¿por qué no?
-Porque
no me entenderían. Además, tengo que contarte una cosa.
Que monoso harry! Pero como que nada de nada!!! Muy mal, eh, me tienes ahí to cachonda y me dejas a medias, eso no se hace! Bueno, que eso, que subas otro y haber si pasa pronto, aunque sea en el baño del aeropuerto o algo..
ResponderEliminarTe quiero.
-Tu novia... jajaja... que risas..
P.D. Sabes que le he mandado la foto?
jajajajaj wapa me encanta tu blog
ResponderEliminarAhora ya porfn puedo hacer comentarios :)